¿Tu estrategia de reducción de emisiones se encuentra estancada?

Artículo 57

¿Por qué tantas estrategias climáticas se quedan a medio camino?

Reducir nuestra huella de carbono no es solo un tema ambiental: hoy es un requisito para mantener contratos con grandes corporativos, acceder a financiamiento verde o cumplir regulaciones que avanzan rápido. Sin embargo, muchas PYMEs industriales y Cadenas de suministro descubren que sus estrategias climáticas terminan estancadas o mostrando resultados marginales.

¿Te suena familiar?

Este estancamiento no solo representa un riesgo ambiental. Es también un riesgo financiero, reputacional y competitivo que puede limitar el crecimiento o incluso la supervivencia en mercados industriales cada vez más exigentes.

Pero…por qué ocurre esto en la práctica, y cómo se puede revertir con un enfoque técnico, estratégico y acompañado de herramientas digitales.

Las 5 razones más comunes y cómo destrabarlas con acciones prácticas y tecnología

Las cinco causas principales del estancamiento

A partir de la experiencia con PYMEs industriales, maquiladoras y cadenas de suministro de grandes empresas, hay cinco razones recurrentes que explican por qué muchas estrategias de reducción de emisiones no avanzan:

  • Falta de recursos y conocimiento técnico: La falta de un comité interno con competencias en sostenibilidad, huella de carbono y eficiencia energética, hace que los esfuerzos se diluyan. Muchas empresas carecen del personal o presupuesto para diseñar una estrategia técnica que trascienda acciones aisladas.
  • Complejidad normativa y carga administrativa: Navegar el entramado de normas locales, federales e internacionales como el GHG Protocol o el ISO 14064) puede volverse un laberinto burocrático. Esto genera desgaste y retarda la ejecución, especialmente en empresas con estructuras operativas reducidas.
  • Falta de datos y visibilidad en la cadena de suministro: Las emisiones indirectas (Alcance 3), asociadas a proveedores y logística, suelen representar entre el 60% y el 80% del total, pero son las menos gestionadas debido a su complejidad, falta de datos confiables y herramientas para trazabilidad.
  • Baja prioridad estratégica y poco respaldo directivo: Cuando el consejo de administración, junto con la dirección general, no están convencidos o no ofrecen su respaldo incondicional para integrar la sostenibilidad como un pilar del negocio, los proyectos se quedan sin el peso necesario para asignar recursos, supervisar avances o incorporar métricas climáticas en los indicadores de gestión.
  • Restricciones financieras y contexto económico incierto: Invertir en eficiencia energética, electrificación de flotas o procesos circulares puede implicar un CAPEX inicial importante. Bajo entornos de inflación, tasas altas o incertidumbre en la demanda, es común postergar estos proyectos pese a su ROI potencial.

Tabla resumen: cómo impacta cada factor en tu estrategia climática

¿Por qué muchas empresas perciben que reducir emisiones es complicado o poco tangible?

Detrás del estancamiento hay percepciones comunes que se instalan en el management:

  • Complejidad técnica y operativa: No saber por dónde iniciar ni qué medidas serán realmente efectivas.
  • Dificultades para medir: Sin un inventario sólido de huella de carbono, es imposible cuantificar logros o priorizar inversiones.
  • Planes climáticos difusos o a 2030-2050: Cuando los compromisos son lejanos o se basan en compensaciones externas, el impacto local se percibe mínimo.
  • Tensión con la rentabilidad inmediata: El mercado exige resultados trimestrales, por lo que ponen a competir a los proyectos climáticos con urgencias operativas.
  • Falta de coordinación en la cadena: Sin visibilidad ni colaboración de proveedores, la reducción se vuelve precaria y fragmentaria.

La consecuencia es que muchas empresas concluyen que reducir emisiones “es caro, complicado y poco tangible”, postergando decisiones hasta que el mercado, un cliente o la regulación los obligue.

Cómo identificar rápidamente los mayores emisores de emisiones GEI en tu operación

Para destrabar la estrategia climática, el primer paso es saber dónde se concentra tu impacto. Así priorizas esfuerzos y recursos donde más cuentan.

Aquí un esquema práctico, respaldado por GHG Protocol e ISO 14064:

  1. Realiza un inventario básico de emisiones: recopila datos de consumo eléctrico, gas, combustibles y transporte interno. Multiplícalos por factores de emisión nacionales o localmente reconocidos. 
  2. Mapea tus procesos intensivos: hornos, calderas, procesos químicos o maquinaria pesada suelen ser los principales emisores en industrias metalmecánica, alimentos, plásticos o automotriz.
  3. Identifica Alcances:
    • Alcance 1: emisiones directas (combustibles propios, fugas).
    • Alcance 2: indirectas del consumo eléctrico.
    • Alcance 3: upstream y downstream (proveedores, logística, uso y disposición de producto).

4. Prioriza por consumo e impacto: donde más consumas energía o combustibles fósiles, más emisiones tendrás.

5. Apóyate en herramientas digitales o consultorías especilaizadas: que calculen y visualicen tu huella con eficacia y en base a metodología. Esto te da una línea base para trazar un plan con retornos claros.

Cinco acciones prácticas que puedes empezar hoy mismo

Sin necesidad de grandes inversiones, hay acciones asequibles que puedes desplegar de inmediato para comenzar a recortar emisiones y costos:

Ejemplos concretos:

  • Cambiar a LED reduce consumo 10-20%.
  • Planificar rutas logísticas y consolidar cargas baja km recorridos.
  • Programas internos de separación y reciclaje reducen costos de disposición.
  • Capacitar operarios para “detectar fugas” energéticas produce ahorros rápidos.

Digitalización: el aliado silencioso que facilita la reducción de emisiones

Una de las claves para avanzar sin perder competitividad es la digitalización de la gestión climática, que aporta:

  • Monitoreo en tiempo real: con sensores e IoT detectas fugas, excesos o fallas que incrementan emisiones.
  • Optimización logística con machine learning: planifica rutas y demanda para reducir viajes y almacenajes innecesarios.
  • Trazabilidad en la cadena: plataformas colaborativas permiten que proveedores reporten emisiones, alineando objetivos.
  • Automatización de reportes: ahorra decenas de horas en cumplimiento regulatorio.

Soluciones como Smart Zero®, que combinan software + expertise, permiten tener un control detallado de la huella y seguir tu estrategia, con trazabilidad y bajo los estándares requeridos; especialmente en la cadena de suministro (Alcance 3), sin paralizar tu operación.

En resumen: si tu estrategia está estancada, el riesgo es mayor a largo plazo

En un mercado donde el acceso a cadenas globales, licitaciones y financiamiento depende cada vez más de criterios ESG, no mover tu estrategia climática hoy significa asumir costos y riesgos mayores mañana.

El cambio no tiene por qué ser abrumador: se trata de empezar con un diagnóstico claro, implementar mejoras tácticas y sumar herramientas digitales que faciliten el control y la colaboración con tu red de proveedores.

Si todo esto te hace sentido y estas interesado en integrarlo, contáctanos hoy mismo. Por WhatsApp o al correo contacto@smart-sustain.com  permítenos contarte cómo podemos ayudarte a medir, gestionar y reducir tus emisiones con un plan a la medida de tus operaciones y requerimientos.

¡Hacemos de tu Huella de carbono, una ventaja competitiva! 

Alfredo Amieva Consultor GHG/ESG
Alfredo Amieva Consultor GHG/ESG

Certificado en Sostenibilidad ESG por la Universidad de La Rioja, España, así como en la elaboración de informes de sostenibilidad bajo el estándar GRI y GHG Protocol para emisiones de gases de efecto invernadero. Es fundador de Smart Sustain, firma especializada en Calculo de emisiones GEI y Huella de Carbono. Con enfoque a PYMES y Cadenas de Suministro Corporativas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *