Artículo 60
Cuando entender los límites del inventario requiere más que solo leer la guía.
La experiencia evita errores costosos
Una de las etapas más críticas —y donde más errores se cometen— al calcular la Huella de Carbono bajo el GHG Protocol o preparar reportes conforme a las NIS o las NIIF-S, es definir correctamente los límites del inventario.
Aquí es donde muchas empresas —sobre todo cuando inician— caen en confusiones y cometen errores que terminan afectando la trazabilidad, los resultados e incluso el cumplimiento regulatorio. Esto ocurre con frecuencia cuando no se tiene experiencia interpretando correctamente lo que exige cada categoría del Alcance 3.
Por ello es muy importante contar siempre con asesoría experta desde un inicio, para disminuir riesgos, evitar retrabajos, y lograr que los esfuerzos para medir y reducir nuestras emisiones sean efectivos.
Un claro ejemplo de por qué la experiencia es esencial se da al interpretar correctamente las Categorías 4 y 9 del Alcance 3: Transporte y distribución, aguas arriba y aguas abajo.

¿Quién debe reporta el flete?
En una ocasión, estando con un fabricante de colchones estaba teniendo una sesión de trabajo con el área de compras, cuando en eso surge una duda que parece sencilla, pero que abre la puerta a una confusión que crea errores comunes en la elaboración de inventarios:
«Si un proveedor me envía su producto hasta mi planta, pero él fue quien contrato y pago el flete… ¿Esas emisiones me corresponden a mí o a él?»; Y la respuesta es: “A ambos”
De inmediato surgió el siguiente comentario: “Entonces estamos duplicando las emisiones”.
Aquí entramos en uno de los puntos más importantes —y más confusos— del enfoque del Alcance 3: la duplicación entre empresas no es un error; es intencional. Forma parte del principio de “visión completa de la cadena de valor”.
¿Se duplican las emisiones entre empresas?
Sí. Las emisiones del transporte de bienes: Para el proveedor, se reportan en su Categoría 9 (transporte de productos vendidos). Para el cliente, se reportan en su Categoría 4 (transporte de productos comprados). Pero: Nunca se duplican dentro de su inventario.
Ni el proveedor, ni el fabricante, están sumando dos veces las mismas emisiones. Lo que ocurre es que: Cada empresa mide las emisiones asociadas a su propia cadena de valor, aunque esas emisiones sean físicamente las mismas.
Esto permite que cada eslabón de la cadena asuma su parte de responsabilidad, incluso si no controla directamente las fuentes.
¿Por qué esto es útil?
- Permite hacer visibles las emisiones “ocultas” que una empresa induce al tomar decisiones de compra o diseño logístico.
- Facilita que las empresas colaboren para reducir emisiones compartidas.
- Es clave para construir un mapa completo de la huella global de una cadena de suministro.
Hagamos una analogía
Pensemos en el dinero como flujo económico: Si tú pagas $1,000 a un proveedor, y él paga $700 a su proveedor, ese mismo dinero aparece en varias contabilidades, pero cada uno reporta lo que corresponde a su actividad.
Con las emisiones, pasa igual: El proveedor vende y entrega, tú compras y recibes. Ambos tienen impacto asociado al mismo transporte, pero desde distintos ángulos.
✔️No es un error ni un doble conteo dentro del GHG Protocol.
✔️Es un enfoque deliberado para mapear responsabilidades compartidas.
✔️Ayuda a identificar oportunidades de mejora conjunta, como elegir proveedores con logística más eficiente o modos de transporte menos intensivos.
Analicemos el caso con detalle.
Categoría 4 – Transporte y distribución aguas arriba
Incluye todas las emisiones generadas por el transporte de bienes que tú compras hasta tus instalaciones.
¿Importa quién pagó el flete?
No. Lo que importa es que tú adquiriste esos bienes y el transporte es necesario para integrarlos a tu operación. Por tanto, tú indujiste esa actividad económica.
Ejemplo práctico:
La fábrica de colchones recibe componentes desde Querétaro en transporte terrestre contratado por el proveedor. Sin importar quien pago el flete, El fabricante de colchones es quien debe reportar las emisiones en la Categoría 4, ya que fueron generadas a consecuencia de la compra que realizó.
Categoría 9 – Transporte y distribución aguas abajo
Incluye las emisiones generadas por el transporte de los componentes que “el proveedor vendió”, desde sus instalaciones hasta la fábrica de colchones.
¿Importa si el cliente pagó el transporte?
Tampoco. Lo relevante es que el transporte es parte de la entrega de sus productos, y el proveedor lo indujo al generar la venta; por tanto es quien debe reportarlas.
¿Se están duplicando las emisiones?
Desde una perspectiva individual: No. Dentro del inventario del proveedor y del cliente, cada emisión se reporta una sola vez. Desde una perspectiva de la cadena de suministro: Sí, y está bien que así sea.
Esto no es un error. Es un principio clave del GHG Protocol: varios actores pueden compartir la responsabilidad de una misma emisión, porque todos la inducen desde su posición en la cadena de valor.
¿Por qué esto no es duplicación indebida?
- Cada empresa reporta lo que induce, no lo que controla directamente.
- Permite identificar responsabilidades compartidas.
- Fomenta la colaboración para reducir emisiones en tramos críticos de la cadena logística.
Aquí un ejemplo ilustrativo:
Un proveedor reporta el flete de sus productos vendidos como Categoría 9.
Tú reportas ese mismo flete como Categoría 4 porque lo estás recibiendo.
No estás sumando dos veces la misma emisión dentro de tu propio inventario.
Estás reconociendo tu responsabilidad por una actividad que existe gracias a ti.
¿Por qué esto confunde a muchas empresas?
Porque el marco tradicional de reporte ambiental se enfoca en lo que la empresa controla directamente. Pero el GHG Protocol y las normas como las NIS o las NIIF S2 se enfocan en lo que la empresa genera en toda su cadena de valor.
Pasar de una visión de “control” a una visión de “responsabilidad inducida” requiere experiencia, criterio y claridad conceptual. De lo contrario, es fácil caer en errores como:
- Omitir emisiones relevantes
- Duplicar emisiones en categorías incorrectas
- Subestimar la importancia de decisiones logísticas
En resumen: La anécdota de las Categorías 4 y 9 del Alcance 3, demuestra que no basta con leer la guía del GHG Protocol. Interpretar correctamente estas categorías exige una comprensión estratégica, experiencia operativa y la capacidad de traducirlo a decisiones logísticas y de compras reales.
En Smart Sustain® hemos visto cómo errores en esta fase inicial generan reportes mal hechos, líneas base inservibles o retrocesos en procesos de auditoría y cumplimiento con clientes y cadenas de suministro globales.
¿Te preocupa cometer errores en tus emisiones de transporte? Permitenos ayudarte a construir un sistema robusto, auditable y alineado con tus objetivos de negocio, evitando confusiones de interpretación
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